Este año nuevo que dio inicio con Rosh Ha’Shaná (5782), es un año «Shemitá«; un tiempo dónde se debe dejar descansar la Tierra. Sabemos que literalmente esta es una mitzvá dentro del territorio de Eretz Israel (la tierra de Israel); sin embargo; también la «Tierra» es una analogía en referencia a nuestro cuerpo.

Debido a ello; hemos decido no entregar el 100% de nuestro esfuerzo laboral para este importante año. Dejando así descansar nuestro cuerpo en obediencia a Ha’Shem; para que se cumpla el propósito en nosotros, y así el Alma encuentre su armonía con el cuerpo.

Este año sólo daremos breves reflexiones de cada parashá semanaria; tratando de no dejar al aire su estudio correspondiente.

Te animamos a cesar, y no dar el 100% de tus labores, para entrar en esta dimensión de bendición que nos trae este año. Si en algo te deleitas mucho, puedes disfrutarlo sólo al 80% o menos.

¡Que este año Shemitá sea el mejor año para nuestras vidas; lleno de salud y de vida!

NUESTRA PORCIÓN SEMANARIA:

Hoy nos ocupa la primera porción con que da inicio el ciclo anual; “PARASHAT BERESHIT”.

Lectura: Bereshit 1:1 – 6:8 

Este es el principio de todo; la Creación. Según el “Sefer Yetzirá” (el libro de la creación / formación) dice que el universo fue creado con las tres letras madres: La “Alef” (א); “Mem” (מ) y la “Shin” (ש). Ellas representan los tres elementos primordiales:

–Avir (אוויר) AIRE

–Mayim (מים) AGUA

–Esh (אֵשׁ) FUEGO

Estos tres elementos es la substancia que mantiene toda la existencia. Según el Sefer Yetzirá; la primera emanación del Eterno fue el Ruaj (Viento-Aire- Aliento de Vida); el cual produjo Fuego; y este Fuego formó el principio del Agua. Y a su vez, la combinación de estos manifestó el cuarto elemento: la Tierra.

Esta es una analogía que habla de nuestro ser. Nosotros somos una combinación de estos cuatro elementos:

Nuestros pulmones contienen el Aire (Avir) que hace posible que respiremos y nos mantengamos con vida.

Los biólogos descubrieron que las partes más calientes del cuerpo humano son las mitocondrias que otorgan energía a las células. Su temperatura asciende a 50 grados centígrados, lo que anteriormente se consideraba imposible; allí esta manifestado el elemento Fuego (Esh) dentro de nosotros.

Pero, además, nuestro cuerpo está formado casi del 70% de Agua (Mayim).

¡Parece casi increíble que el cosmos este dentro de nosotros!

Por si fuera poco, aún hay más; resulta que nuestro cuerpo contiene los 12 elementos primordiales que están el polvo o en el barro de la Tierra. Cumpliéndose así Bereshit 2:7 “Entonces Adonai Di-os formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.

Esto es sorprendente, nosotros manifestamos esos cuatro elementos del cosmos.

Es la mística se cree que existe un quinto elemento capaz de unificar los mundos superiores (mundo espiritual) con el Maljut (Mundo material).  Este quinto elemento es el “Tzadik” (Justo); el cual tiene la capacidad de unificar los Cielos y la Tierra.

Cada uno de nosotros tenemos la capacidad de recuperar este importante mérito; el mérito del tzadik.

¿Cómo es posible esto? Abriendo nuestra mente y corazón a los códigos de la Toráh; en otras palabras; cuando somos obedientes a los preceptos eternos, entonces estaremos emulando uno de los méritos más grandes en esta manifestación: unir los Cielos y la Tierra.

La Toráh nos habla de muchos tzadikim: Avraham; Itzjak; Iaacov; Yosef; etc. Y por supuesto el Mashíaj.

¡Aún los cielos esperan por ti, para contar tu historia!

¿Estás listo (a)? 

R. Oscar Jiménez Gless

Dir. Instituto Toráh®