“Meditando Nuestra Parashá Semanaria” by Instituto Toráh®

(Serie: Reflexiones Breves / Nivel Sod)

Lectura: Bereshit 28:10 – 32:3

¿Cómo puedo cambiar mi destino?

Esta porción nos enseña cómo podemos cambiar nuestro Mazal/ מזל (Destino; Suerte), incluso si esta ya está trazada; has escuchado ¿“la suerte ya estaba echada”?

Bueno; pues existen diversas acciones meritorias que tienen la capacidad de abrir el cuello o embudo que conecta las dimensiones celestiales que van dirigidas a la tierra.

El texto nos relata que Yaakov salió de un lugar para ir a otro; es decir, fue de una dimensión a otra. Dice el texto: “Y Yaacov salió de Beer Sheva, y fue a Harán”.

Beer Sheva alude al mundo espiritual; así como Harán al mundo físico, donde habita Laban, quien representa la Sitrá Ajrá (el otro lado), es decir el lado opuesto a la pureza y santidad.

Yaakov que representa al Alma; ella tiene que realizar su trabajo condicionado en el mundo de la materia. Pero existe un punto clave; la zona intermedia donde podemos anular la impureza del mal sobre nosotros; y este Makom (Lugar) es la piedra fundamental donde ponemos por obra los méritos que cambian nuestro destino: La Caridad y el Servicio hacia los otros.

Yaakov trabajo un total de 20 años; siete por Leah y siete por Rajel; además de seis por las ovejas. Los catorce años representan nuestro Estado Espiritual; y los 6 años al Mundo Material. Siempre tenemos que mantener en forma la vida espiritual para enfrentarnos a la materia. Cuando no pasa así, significa que nos dormimos; Yaakov no durmió, sino soñó. El dormir es similar a estar aletargado y ciego en al mundo espiritual.

Dormir es falta de Conciencia. El punto medular es estar siempre alerta para no ser mordido por Najash (serpiente); quien nos quiere llevar siempre a la esfera más baja, donde radica el Alma inferior llamada Nefesh; el Alma Animal que sólo responde por los instintos sin usar el razonamiento. Yaakov por ello dice “Yo no sabía que aquí estaba Adonaí”; elevar nuestra Conciencia es poder darnos cuenta de que Ha’Shem está “aquí”.

La palabra hebrea “Mazal Tov” (Buen Destino) tiene un valor en guematría de 94; el mismo valor para la palabra “Vaiajlom” (ויחלמ); que se traduce “y el soñó”. Estar despierto al mundo espiritual a través de buenas acciones nos hace cambiar nuestro destino, y volverlo un “Buen Destino”.

Además, Mazal (מזל) puede interpretarse a su vez como un acrónimo de 3 palabras:

• Makom (מ) Lugar
• Zman (ז) Tiempo
• Limmud (ל) Aprendizaje

El Mazal es el Tiempo y el Lugar adecuado para nuestro Aprendizaje. Aprendamos a estar en el momento y lugar que nos llevará a otra dimensión.

Ha’Makom (El Lugar) no hace referencia a un lugar geográfico; sino a la dimensión donde se haya la misma Presencia de Ha’Shem.

Yaakov en un estado de Nebiut (atmósfera profética) visionó una Escalera donde subían y descendían ángeles.

Escalera en hebreo es “Sulam” (סולם); cuya guematría es de 136; exactamente el mismo valor con Dinero; que en hebreo es “Mammon” (ממון). Aquí hay un código muy profundo; cuando nosotros gobernamos al dinero podemos crear una Escalera que conecta con las dimensiones superiores donde se haya implícita nuestra bendición y prosperidad. ¿Cómo lo gobernamos? No reteniéndolo. 

Practicar Caridad (Tzedaká) y dar el Máser (10%) de nuestras ganancias para el servicio de la enseñanza de la Toráh nos soltará del apego enfermizo del mundo egoísta de lo material. Lo contrario; es decir, cuando el dinero nos gobierna, entonces se corta la conexión que nos conduce a una verdadera libertad financiera.

Para confirmar esta postura; cuando a la palabra “Sulam” (סולם) le quitamos letra “Vav” nos da como resultado la cantidad de 130.

Y 130 también es el mismo valor para Pobreza: «Ohni«. Increíblemente cuando quitamos de nosotros las acciones meritorias nos traerá pobreza. La “Vav” representa al Hombre; pero también en una de las cuatro letras del Nombre Inefable (יהוה); es decir que el Hombre tiene que emular el mérito más grande de Ha’Shem aquí en la tierra; el Amor (Ahaváh) que se traduce como el Dar. Cuando no damos nos que quedamos sin escalera.

Si quieres aprender más sobre el tema, por favor mira el estudio completo aquí.

Oscar Jiménez Gless

Dir. Instituto Toráh®

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