PARASHÁ VAIGASH 5782 - WEB

Parashá 11 "Vaigash"

PARASHÁ 11 “Vaigash” (Y se acercó)

“Meditando Nuestra Parashá Semanaria” by Instituto Toráh®

(Serie: Reflexiones Breves / Nivel Sod)

Lectura: Bereshit (Gen.) 44:18 – 47:27

“EL CÓDIGO COMPASIÓN”

Una de las diferentes formas que existen para realizar “tikún” (reparación) de los actos erróneos de nuestra vida: es el poder de la compasión.

La ley de causa y efecto nos alcanzará tarde o tempano, pero nunca pasa de largo su justicia. Yehudá fue el que vendió a su hermano Yosef; y ahora sin saberlo, está frente a él; suplicando compasión por su hermano menor Benyamin; el único hijo sobreviviente de los dos hijos que tuvo Rajel.  Yaakov había perdido a su amado Yosef; ahora no podía perder al menor; al hijo de su vejez; y Yehudá lo sabe; sabe que, si Benyamin no regresa, su padre se muere.

“Y se acercó a él Yehudá, y dijo: “Por favor, mi señor, hablará ahora tu siervo una palabra en los oídos de mi señor, pero no te enojes con tu siervo, ya que tú eres como el faraón” (Gen. 44:18)

Por estrategia de Yosef (mirar el relato completo); había retenido a Benyamin; él quería el reencuentro; pero la actitud que tuvo Yehudá, una compasión pura y genuina, adelantó el propósito que había en el corazón de Yosef. Y él no pudo más, dice el texto original: “Y no pudo Yosef contenerse.

¿Qué es lo que causó esto? La compasión; el tomar el lugar del acusado. No sólo sentir pena; sino en realidad ponerse en su lugar del otro. Yehudá, prácticamente está diciendo a Tzafnat Panéaj (Yosef): “Tómame a mí en lugar de mi hermano Benyamin; lo defenderé con mi propia vida si es posible”

Y precisamente esta actitud hizo que Yosef no se contuviera más, y se descubrió delante de sus hermanos, llorando emocionado por su reencuentro.

¿En el nivel espiritual qué significa esto?; ¿Qué nos enseña esta porción de la Toráh?

Este relato es el encuentro de dos mundos; el mundo espiritual y el mundo físico. Yosef representa el Olam Haba (el mundo de las visualizaciones) y Yehudá el Olam Hazé (el mundo físico de la procreación).

Yehudá representa la monarquía en la tierra (Maljut); de él desciende Melej David; y Yosef representa la autoridad celeste. Yosef es la emanación de Yesod; el contenedor de las berajot (bendiciones) de los mundos superiores; cuyo propósito es derramar todos estos beneficios sobre el Maljut (reino). Toda esta provisión sobrenatural desea darse, esa es su naturaleza, una naturaleza dadora; pero no existe tal canalización debido al escaso anhelo del recibir.

Una de las llaves que abren este candado es la compasión; cuando esto sucede en nuestras vidas, causamos el derramar de Yesod sobre nosotros. Entonces Yesod no puede contenerse más, y otorga esos beneficios: el perdón y la provisión.

La regla del dar, siempre viene de arriba hacia abajo; es por eso que maljut no puede recibir si no existe una conexión para hacerlo, y este conector es el tzadik (justo); él unifica los cielos y la tierra. El tzadik tiene dentro de él la capacidad de la compasión.

«Benyamin» se traduce como “hijo de la derecha”; y esta es la columna del Jesed, de la bondad de Ha’Shem; «Hijo» en hebreo es “Ben” (בנ) Y tiene un valor de 52; de la misma forma, el Nombre InefableYudHeiVavHei” (יהוה) deletreado tiene el mimo valor: 52.

En otras palabras; el Ain Sof quiere otorgar todos sus beneficios hacia su creación; pero al no encontrar el verdadero anhelo de recibir por parte de la materia, entonces quiere retener a «Benyamin» su Jesed (Bondad); la columna derecha; la diestra de su poder. Pero al manifestarse el tzadik a través de la compasión, entonces se manifiesta la vasija llamada “YudHeiVavHei” (יהוה) la cual hace posible la materialización total de la bendición sobre nosotros.

Ha’Shem creo al hombre a su imagen y semejanza para poder habitarle, y este habitara la tierra; así hacer el «yijud» (unión) entre el mundo de abajo y el mundo de arriba. Este es el perfecto equilibrio entre el dar y el recibir; el mundo de arriba contiene en sí mismo su esencia dadora; y el mundo de abajo su esencia receptora. Una de las conexiones que lo hace posible es la compasión, esto puede entenderse como el potencial del darse incondicionalmente a favor de alguien más. Esto provoca que la esencialidad del dar supremos nos llegue a nuestra vida; Yeshua lo dice de esta manera: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. (Jn. 15:3). Este “darse” obtiene la mayor recompensa del «recibir«.

Por eso la Toráh inicia con la letra “Bet”; con que se escribe la palabra “Berajá” (Bendición); porque el mundo fue creado como una bendición.

Cuando Yehudáh se acerca a Yosef, el que se alegra es Yaacov, hay paz. Cuando el mundo de abajo se une al mundo de arriba, YHVH (יהוה) se activa y empieza a ocurrir milagros en esta dimensión.

Nuestro anhelo verdadero de recibir no está activado; es un potencial que tenemos en modo de “stand by”; es decir está dormido. Creemos que los milagros nos alcanzaran desde los cielos; cuando en realidad el milagro ya está integrado dentro de nosotros; en otras palabras, uno es el reflejo celeste; por propia voluntad del Bendito Sea. Tenemos dentro de nuestro ADN el valor del 26, y יהוה vale 26. Cuando en realidad nos «damos», activamos el mérito más grande de Ha’Shem puesto en nosotros: la Ahaváh; que se traduce como amor; pero en realidad amor significa  «darse por completo«. «Ahaváh» (אהבה) vale 13 y la palabra “Unidad” en hebreo es “Ejad” (אחד), cuyo valor es igual de 13; si unimos estos valores no da como resultado es el valor del Nombre Inefable: 26.

Cuando ponemos en acción la compasión podemos unificarnos en uno al Bendito Sea. Además de poder rectificar los errores de nuestro pasado.


¿Te atreves?

¡Shabbat Shalom Umevoraj!

Oscar Jiménez Gless

Dir. Instituto Toráh®

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4 comentarios en “Meditando Nuestra Parashá Semanaria / «Vaigash»”

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