PARASHÁ LEJ LEJÁ 5782 WEB

Parashá 3 "Lej Lejá"

PARASHÁ 3 “Lej Lejá” 5782

“Meditando Nuestra Parashá Semanaria” By Instituto Toráh®

Lectura: Bereshit 12:1 – 17:27

Hoy nos introducimos a la porción número 3; y cada elemento; número que se manifiesta no es simplemente casual; detrás de todo ello existe un propósito: revelar cada código escondido para arrojarnos luz a nuestra alma.

Así que empezamos por abrir estos códigos que desde ya se asoman. El número tres es de gran importancia; quien conoce el secreto del número 1; 2 y 3 puede abrir la “Dalet” (puerta) a lo secreto; el número 4 (próximamente en otro estudio profundizaremos sobre este tema).

El tres nace de la dualidad; del código de lo binario. La letra “Guimel” (ג) tiene el valor del tres. Ella está representada por el “Pie”; por el que “viene de lejos”; el Extranjero (Ger).

Curiosamente la porción que nos emplea hoy, habla precisamente de Salir, de Caminar, de ser Extranjero en tierras lejanas; tal y como lo vemos con nuestro patriarca Avraham.

Pero antes de introducirnos a ello; sigamos con el código del “tres”; la letra “Guimel” también representa al “Rico”; ¿Por qué? Mira la importancia de conocer la raíz hebrea; «Camello» en hebreo es “Gamal” (גָמָל); su letra inicial es precisamente una “Guimel”.

El mérito del Camello es que no sólo es un animal de carga; él puede caminar grandes distancias a través del desierto; ya que en su joroba carga depósitos de agua, la cual su propio sistema le suministra para poder aguantar largas jornadas; además, este animalito tiene la peculiaridad de inclinarse para que su amo puede montarlo, o bien descender de él, cabe mencionar que solo las personas adineradas podían tener camellos.

La enseñanza de esto es increíble; porque la riqueza no tiene que ver con dinero, sino con humildad. Así como el Camello, nuestro carácter tiene que estar forjado por la humildad; la humildad te posiciona en grandes esferas; alguien que es consciente de este principio sabe que la riqueza no hace al hombre; sino el mérito de la sencillez engrandece al hombre.

Humildad viene del latín “humilitas” (el sufijo “itas” indica “cualidad de ser”) y está deriva de la palabra “Humus” que significa “tierra”; de humus se extrae la palabra “humano”. Así que humildad está relacionada con la aceptación de nuestras propias limitaciones; en otras palabras; humilde es hacerse lo más humano posible.

Ahora, ningún hombre puede entender esto si este no ha pasado por grandes desiertos. El éxito se logra después de pasar por los desiertos. El elemento que se necesita en medio del desierto es el Agua; así como el Camello tiene sus depósitos de agua; nuestro corazón es el depósito de estas “Aguas”; y ellas representan la Toráh; la propia palabra de Ha’Shem. Su Promesa es la que nos abastece en los desiertos, y así poder aguantar largas jornadas.

Es por ello que la “Guimel” representa al “Rico”; al rico lleno de humildad que es capaz de ir en ayuda del “Pobre”; el pobre está representado por la letra que sigue; la letra “Dalet”; en hebreo Puerta se escribe “Delet”. Nadie puede ingresar al secreto sino no está dotado de humildad; nadie puede atravesar el umbral de la puerta que lo conduce al nivel profundo de la conciencia si este no sabe reconocer los méritos de la grandeza espiritual.

¡Avraham tenía todo esto! Esto es sorprendente, porque nada es casualidad. No es casual que la porción donde aparece por vez primera el personaje de Avraham lleve el número tres.

Nuestra parashá inicia así:

“Entonces dijo el Eterno a Avram: “Vete para ti (Vete por ti-de ti porque te conviene) de tu tierra, de donde naciste, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Entonces haré de ti una gran nación, te bendeciré, engrandeceré tu nombre, y será (tuya la) bendición. Bendeciré a quienes te bendigan, y al que te maldiga maldeciré. Y se bendecirán por ti todas las familias de la tierra”. (Bereshit 12: 1-3).

Avraham recibe la invitación de parte de Ha’Shem para formar por medio de él  su pueblo elegido, que posteriori sería el pueblo de Israel. Avram antes de ser Avraham, vivía en una región completamente mundana, llena de ídolos paganos; la región de Mesopotamia; más preciso de la zona de Ur de los caldeos. Un midrash dice que el propio padre de Avraham era un alfarero de ídolos. Imagínate el contexto; Avraham creció en medio de esa cultura; pero sus méritos estaban intactos, resguardados para una gran comisión de dimensiones universales.

Esto es lo que vio el Bendito Sea en Avraham. Avraham escuchó el “Lej Lejá” de parte de Ha’Shem. “Lej Lejá” se traduce como “vete de ti mismo”; “Vete por ti, porque te conviene”. Prácticamente Adonaí le estaba haciendo un llamado a salir de esa tierra llena de paganismo, de adoración a muchos dioses; para empezar en él lo que conocemos como monoteísmo; la obediencia a uno solo; un único creador del universo. La respuesta de Avraham fue contundente; el libro de “Hebreos” dice que Avraham obedeció y salió sin saber a dónde iba, y esa acción les fue contada por justicia.

De esa promesa dada a Avraham hoy podemos ser partícipes todos nosotros y beneficiarnos de los grandes méritos de nuestro patriarca Avraham.

Avraham se convirtió en Ivri; de allí viene la palabra hebreo, que significa “aquel que cruza al otro lado”; Avraham fue capaz de cruzar al otro lado por medio de la obediencia.

Avraham (אברהם) tiene un valor en guematría de 248; 248 es la cantidad de huesos y cartílagos en el ser humano; además de 365 tendones y arterias; dando un total de 613.

Son 613 mitzvot (mandamientos) en la Toráh; 248 positivos (harás) y 365 negativos (no harás). El valor de Avraham: 248 está relacionado con la palabra Pacto; en hebreo “Brit” (ברית); La palabra Brit aparece 248 veces en todo el Tanakh. La guematría de “Brit” es de 612; y si le anexamos el valor del “Alef” quien representa todo; nos da el valor total de los mandamientos de Ha’Shem establecidos en Su Toráh: 613.

Lej Lejá” en realidad es una invitación para el Alma dispersa; “Lej Lejá” como había mencionado anteriormente se traduce como “vete de ti – para ti mismo”; “Vete por que te conviene”. Esta es la invitación del mismo Boré Olam (Creador) a nuestra Alma; a salir de nuestro propio ego; orgullo; a salir de nuestra propia cautividad. Sólo el Alma que es capaz de salir de la mentalidad heredada por la tradición religiosa puede heredar el llamado a realizar la gran comisión; comisión de dimensiones universales.

Nuestro corazón tiene que estar activo ante este gran llamado; no es casual que Avraham represente en el mundo del Sod (Secreto) a la Luz, el Calor y el Fuego. En Bereshit 15: 17 narra de una “Antorcha de fuego”; en Bereshit 18: 1 dice que Avraham entró en “Calor”; es decir en un estado de “Nebiut” (atmósfera profética). En Bereshit 19:24 habla de “Azufre y Fuego”. Activo, porque Avraham fue el que le consiguió esposa a su hijo Yitzjak. Avraham iba a sacrificar a su hijo; e Yitzjak se mantuvo pasivo (después explicaremos en otro estudio por qué Avraham representa el primer día y al cuarto día de la creación; y por qué Yitzjak representa el elemento Agua, como Yaakov está representado por lo dual).

Nos dice el relato que Avraham tenía 75 años cuando salió de la tierra de su padre (Bereshit 12:4); la palabra sacerdote en hebreo es “Cohen” (כֹהֵן) cuyo valor en guematría de 75; el mismo número de años que tenía Avraham cuando fue llamado a servir al Eterno. Esto nos quiere decir que para que el Alma cumpla su propósito en esta dimensión debe de ser como el Cohen que ministra la Presencia Divina; no importando tus años terrestres. La suma de 75 nos da el resultado de 12 (7+5=12); no es casualidad que Avraham sea el patriarca de las 12 tribus de Israel.

El cuerpo humano tiene internamente Once Sistemas: 1. Respiratorio; 2. Circulatorio; 3. Nervioso; 4. Inmune; 5. Digestivo; 6. Óseo; 7. Urinario; 8. Reproductor; 9. Muscular; 10. Endocrino y 11. Linfático. Cuando el hombre se adhiere por medio del Alma al Bendito Sea, cuyo valor es el Uno (único) entonces el resultado es 12.

¡Que este shabbat acciones al bendito llamado de parte de Ha’Shem para cumplir esos grandes propósitos que tu alma anhela!

Seamos humildes en reconocer nuestras limitaciones; y decidir (de una vez por todas) cruzar al otro lado.

¡El Pacto de Ha’Shem espera por ti!

R. Oscar Jiménez Gless

Dir. Gral. Instituto Toráh®

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11 comentarios en “Meditando nuestra parashá semanaria. Parashá 3 «Lej Lejá»”

    1. Lizeth Guadalupe Padilla marquez

      Shalom disculpen mi ignorancia; pero hasta ahora realmente estoy conociendo el verdadero objetivo con el que mi amado HA’SHEM quiere que yo en mi vida de 43años sepa lo puro de la humildad .Gracias ayúdenme a conocer y amar la torah.

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