Parashá 15 "Bo" (Agita tus Alas)
PARASHÁ 15 “Bo” (Ve)
“Meditando Nuestra Parashá Semanaria” by Instituto Toráh®
(Serie: Reflexiones Breves / Nivel Sod)
Lectura: Shemot (Ex.) 10:1-13:16
“AGITA TUS ALAS”
La porción de esta semana lleva como título: “Bo” que significa: “Ve”. Ha’Shem manda a Moshé delante de Faraón para que deje libre al pueblo de Israel. En realidad, esto es un código muy elevado.
Nuestra alma anhela ser rescatada de su esclavitud llamada “Cuerpo”. El proceso del Alma es manifestarse a través del trabajo que le toca realizar en esta dimensión, y sólo lo puede lograr a través de la herramienta llamada cuerpo. Pero el cuerpo engaño al alma por medio de sus necesidades más básicas, sus instintos.
El Alma inferior llamada Nefesh quedó ligada al físico; a la materia; y por algún momento se durmió en los placeres físicos que le otorga su cuerpo.
Este engaño produjo un líder mezquino y cruel, llamado “corazón”; y este líder se endureció de tal manera que sojuzgó al Alma a su antojo y placer. Hasta que de pronto el Alma más esencial empezó a despertar; a esto le llamo el Estado de la Conciencia. De pronto se dio cuenta que algo no encajaba, que no encuadraba en los ámbitos de la vida espiritual. El Alma básica, instintiva (Nefesh) de repente recibió un electrochoque que venía desde muy adentro, y empezó a recapacitar: ¿Qué hago aquí?, ¿Quién soy?, ¿Cuál es mi propósito? Y se dio cuenta de que estaba cautiva dentro de sí misma; es decir dentro de su cuerpo; ¡En algún momento empezó a despertar!
Esta es la historia del éxodo de Israel de la esclavitud de Egipto. Es la historia del Alma que tiene un conflicto con su cuerpo, y que tiene que ser rescatada de esa esclavitud.
El problema es que existe un Faraón de por medio que se impone; ¿recuerdan el líder cruel y mezquino del que les hablé? Por ello es necesario derrotar a Faraón, golpearlo con plagas para que se ablande y deje ir al pueblo de Israel.
El cuerpo recibe plagas conocidas como dolor: enfermedades, adversidades, etc. Esto es evidencia de que tenemos un “Ego” muy inflado el cual tiene que ser nivelado. El corazón representa a Faraón, porque el corazón está asociado con el nivel emocional, y este nivel está gobernado por el ego. Así que una Alma que está pidiendo a gritos ser liberada de su esclavitud, ha hecho eco en el mundo espiritual, entonces lo que llega a su vida es dolor físico, precisamente para ablandar la dureza de su corazón (ego), quebrantar al Faraón que vive dentro de la persona, y entonces dejar transito libre al camino del Alma hacia su elevación.
Sin embargo, muchos ven esto como una tremenda adversidad, pero en realidad es una gran oportunidad de salir del cautiverio del ego.
¿Cómo se logra dicha hazaña?
Enviando a “Moshé” para su rescate. En el mundo espiritual existen códigos que contienen todo lo necesario para tener el éxito en nuestra vida; pero no se pueden recibir si primero no se accede a esos códigos; ¿Cuál es la herramienta para abrir dichos códigos?; en otras palabras, el candado necesita una llave maestra para poder abrirlo, la llave maestra es la revelación del secreto de la Toráh. Moshé es el estado de conciencia que despierta para ayudar a elevar a la persona; es como una escalera, por la cual se asciende hasta encontrar nuestro verdadero propósito en nuestra vida.
“Escalera” en hebreo es “Sulam” (סֻלָּם); y tiene una guematría de 130; el mismo valor para la palabra “Sinaí” (סיני). Entonces el verdadero enfoque de “el salir de Egipto” es “el recibir la Toráh en la Montaña de Sinaí”.
El Alma busca elevarse constantemente para encontrar su verdadero propósito; y solo lo logra cuando su Alma es libre de su cautiverio; pero la meta no solo es pasar de un estado a otro; sino más bien es recibir la instrucción de cómo vivir una verdadera libertad; porque el esclavo no sabe cómo hacerlo. Ser esclavo es estar dentro de una mente estrecha, aumentar nuestra capacidad neuronal para poder entender el software divino y entender el mundo de arriba, eso se llama “salir de Egipto”.
¡Esto es el código “Moshé” en nuestra vida!
Así que el trabajo espiritual que nos enseña la parashá de esta semana, es aprender a salir de la esclavitud de nuestro “Egipto”. Este Egipto también representa nuestra propia negatividad,
Existe un lado negativo (Sitrá Ajrá) en nosotros que tratará a toda costa de convencernos que no estamos en esclavitud; es decir en Egipto. Dirá: “Yo estoy bien”; “Me gusta como soy”; “No quiero cambiar nada en mí”. Esto no es otra cosa que el ego reinante en la parte oscura de nuestra vida. Esta cáscara (Klipá) tiene que ser quebrantada, rota para que permeé la luz divina, y esa área nunca más este en tinieblas.
¡Nadie pude salir de donde no quiere salir!
Si el ego es la parte negativa; entonces se destruye o se nivela con la parte positiva.
Esta parashá nos habla de liberación, pero nadie puede ser rescatado de donde no quiere salir. Para ser libre hay que quererlo, pero antes se tiene que saber que uno está en esclavitud; que necesita de ayuda; y eso es quebrantar el ego. Ese Ego es el “Yo No Soy”; porque existe el “Yo Verdadero”, el “Yo Espiritual”.
El “Ego” se quebranta doblándolo. La palabra hebrea “Yo” es “Aní” (אֲנִי); cuando transmuto las letras, es decir el cambio el orden de ellas, me da la palabra “Ein” (אין) que significa “Nada”; o “Sin”.
Sólo cuando doblamos nuestra rodilla, y miramos hacia arriba; hacia la infinidad del Ser Supremo llamado “Ein Sof”; en realidad nos damos cuenta de que “Yo” (Aní) no soy “Nada” (Ein) delante del Santo – Bendito Sea. Sin la Bondad de Él me quedo “sin nada”; eso es quitar el ego dentro de nosotros.
En lo personal, antes de llegar a la verdadera libertad; hubo un proceso en mi vida; yo no tuve un encuentro con Ha’Shem; lo que en verdad tuve fue un encontronazo con Él. Eso me noqueó; golpeó mi ego, y de repente me encontré postrado en el suelo, llorando. Mi “Yo No Soy” había quedado quebrantado delante de la Presencia Divina que anhelaba; pero ella me anhelaba aún más. Yo no sabía a ciencia cierta lo que estaba pasando en mi vida, con los tecnicismos que ahora redacto; sólo sabía que había quedado libre de mi esclavitud; era como encontrarme realmente a mis mismo, y allí en ese punto había encontrado la verdadera esencia divina y bondadosa llamada Di-os.
Había salido de mi Egipto personal; pero esto sólo era el comienzo, porque el camino que me esperaba era el desierto, este desierto que nos lleva a nuestro destino: la tierra prometida. Este desierto en realidad es para terminar de purificarnos; de pulir aún más las impurezas de dejaron nuestras ideologías adquiridas en el exilio. El exilio no es otra cosa que una mente atrapada en un cuerpo.
Muchos quizás prefieran saltar este proceso; pero es imposible, porque el desierto nos certifica, nos enfoca para no volver a perder nuestra herencia celestial.
Lo contrario a Exilio es Redención; “Exilio” en hebreo es “Goláh” (גולה); para ser libre de este, necesitamos la fuerza del Todopoderoso, representada por la letra “Alef”, cuando a la palabra “Goláh” se le añade la letra “Alef” se crea la palabra “Geuláh” (גְּאוּלָּה) que significa “Redención”.
En el momento del encontronazo; quedé libre absolutamente del apego físico; del vicio carnal. Pero mi ego tendría que ser trabajado a través del desierto.
Agite mis alas, y hoy me encuentro ayudando a muchos a pasar por el desierto para que puedan encontrar su “Tierra Prometida”.
P.D.
Si el frio de Egipto te ha entumecido, ¡Agita tus alas y vuela muy alto!
“Pero los que esperan a Adonaí tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31)
¡Shabat Shalom Umevoraj!
Oscar Jiménez Gless
Dir. Instituto Toráh®
AGRADECEMOS SU DONACIÓN DE AMOR A ESTE MINISTERIO:
La verdad si es muy elevado, se entiende todo, pero es como la primera vez que nos piden hacer un arroz, sólo la práctica nos llevará a hacerlo, podría decirme cómo practicar, con que pequeñas o grandes hábitos empezó UD pastor ☺️???
Shalom Olga! El trabajo que nos queda por realizar para llegar a nuestro verdadero propósito, es el de conocer nuestras debilidades. Sólo haciéndole frente a nuestras debilidades las podemos vencer.
Muchas veces nos evadimos a nosotros mismos, porque no nos gusta confrontarnos, cuando llego a este punto crítico de autoanálisis, entonces me llego a conocer; porque me he acercado tanto a mi debilidad que ahora conozco cual es la debilidad de mi debilidad; es decir, conozco su origen. A eso se le puede llamar como la “Luz” que ha penetrado en el rincón más oscuro del Alma.
El Santo Bendito Sea- ha dispuesto en nuestro ADN toda la capacidad y potencial para lograr el éxito en esta dimensión llamada materia. El detalle está que buscamos al Di-os religioso; externo, y nos olvidamos del verdadero Di-os que está dentro de nosotros. El macrocosmos está cargado de energía inteligente; Ha’Shem ha dispuesto dentro de nosotros (el micro-cosmos) los códigos para activar los beneficios que se hayan arriba. Todo inicia desde aquí; desde abajo, desde nuestro interior. Cuanto más quiero conocer a mi Creador; entonces más indago dentro de mí; cuando sucede esto, entonces puedo vencer mi debilidad; porque ya he sido diseñado para hacerlo. La debilidad se manifiesta para poder alcanzar mi propósito; esta debilidad es el satán (obstáculo) que hay que vencer.
La fortaleza en nosotros, es el verdadero conocimiento de Di-os en mí. En otras palabras, la debilidad demuestra la manifestación de tu verdadero potencial. (Diga el débil; fuerte soy).
Los códigos de la Toráh son la Luz necesaria para alumbrar nuestras partes más oscuras. ¿Por dónde iniciamos? por los hábitos, un mal hábito se cancela trayendo un buen hábito, así de sencillo. Sólo hace falta llevarlo a la práctica. Abrazos estimada Olga Patricia.
Que gran comentario!!! P. Oscar agradezco su esfuerzo por traer luz en medio de tanta oscuridad. Gracias doy a Hashem por Vd. y todos aquellos q se esfuerzan en ayudar al mundo a encontrar su propósito. Shalom.
Gracias pastor, me queda muy claro que no hay atajos, tenemos que cruzar el desierto y debemos estar concientes que no sera facil y esto incluye entre otras cosas los ataques de las personas que estan en nuestro entorno que aún quieren mantenernos en ese Egipto. Hoy mi esposa, mi Karlita y yo estamos cerca y muy lejos a la vez de llegar a Israel, estamos seguros que Sofi viene de Atzilut y ella es un maestro, falta camino por recorrer y cada Porcion que nos da es un sin fin de enseñanzas como lo es el Ein Sof.