PARASHÁ 30 “Kedoshim” 5782

“Meditando Nuestra Parashá Semanaria” by Instituto Toráh®

(Serie: Reflexiones Breves / Nivel Sod)

Lectura: Vayikrá (Lev.) 19:1 – 20:27

La esencia de esta porción es la “Santidad”; dice el texto inicial de esta parashá: “Sed Santos; porque Yo soy Santo”; es interesante que la Santidad está latente en todo lo que tiene que ver con mi entorno; en la relación con nuestros semejantes, e incluso en nuestra manera de alimentarnos.

“Ajarei Mot” (Después de la muerte) está conectada directamente con esta porción; básicamente, primero debemos hacer morir el deseo de recibir sólo para mí; es decir el ego; para después poder entablar una relación directa con nuestro Creador.

Es por ello; que estos versículos que están inmersos dentro de esta sección nos habla de las leyes de convivencia social con nuestro prójimo; es decir, como deberíamos calificar en la rutina de nuestra vida ordinaria, para después pretender tener una comunión activa con el Bendito Sea.

El ejercicio de una fe activa no está arraigado dentro de la especulación del culto dogmático; sino en la práctica constante de los méritos divinos de Ha’Shem en nosotros.

“Santo” se puede traducir como “Apartado”; pero tristemente esta interpretación sólo se llenó de términos complejos de difícil comprensión. Desde mi punto de vista, Santo no es apartarse del mundo para no contaminarme; sino integrar al mundo el mérito de santidad con el propósito de transformarlo.

Ha’Shem nos ha dejado una interpretación de Santidad mucho más fácil de entender: el Amor.

Esto lo vamos a demostrar a través de lo que personalmente considero el texto clave de toda esta parashá: “Amarás a tu prójimo”

En esto consiste todo; de hecho, la mitzvá más grande en toda la Toráh es el Amor; Amor a Ha’Shem y Amor al prójimo; las dos acciones van unidas; no se puede amar a Dios, si despreciamos a nuestro prójimo.

¿Quién es nuestro prójimo?

En hebreo la palabra “Prójimo” es “Réa” (רֵעַ); increíblemente la palabra Malvado, quién se puede considerar como enemigo, tiene las mismas letras; pero con una fonética diferente: “Malo, Malvado” en hebreo es “Ra” (רַע). Así que mi prójimo no es sólo mi familiar o mi amigo; yo diría que el prójimo es mi más “próximo”; así sea mi enemigo.

¡Esta es la clave de del Amor; el mérito que nos lleva hacia la Santidad!

Miremos la interpretación del Remez:

En el texto original de Levítico 19:18 dice: “…y amarás a tu prójimo como a ti mismo, Yo Adonai” (“ve’ahavta lere’aja kamoja ani Adonay”) / (וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ אֲנִי יְהוָֹה), está frase tiene un valor en guematría de 907.

Lo más sorprendente es que el texto de Deuteronomio 6:5, que dice: “y amarás al Señor tu Di-os” (“Ve’ahavta et-Adonay Eloheyja”) / (וְאָהַבְתָּ, אֵת יְהוָה אֱלֹהֶיךָ) tiene exactamente el mismo valor: 907.

 Esto nos enseña que el amor hacia Di-os es expresado a través del amor hacia el hombre.

No puedo amar a Di-os y despreciar a mi prójimo; las dos acciones son la misma expresión de amor.

Para confirmar mas  esta idea; la frase «Y amarás, y amarás a tu enemigo« (וְאָהַבְתָּ וְאָהַבְתָּ לְאוֹיְבֶיךָ) comparte la misma gematría arriba mencionada: 907.

Al Revé Yeshua le preguntaron sobre el más grande mandamiento de la Toráh; él contesto exactamente este gran misterio: Raví, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley?

 (37) Yeshua le dijo: Amarás al Señor tu Di-os con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. (38) Este es el primero y grande mandamiento. (39) Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (40) De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22: 37-40)

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